domingo, 22 de mayo de 2016

Alzheimer y demencias



¿Qué diferencia hay entre el alzheimer y las demencias?

Entendemos por demencias las enfermedades degenerativas cerebrales que conducen a una serie de síntomas y signos determinados y característicos. Existen diferentes tipos de demencia y, entre ellas, la enfermedad de Alzheimer (que suele afectar a personas algo más jóvenes y muestra unas lesiones cerebrales características), la demencia senil (que afecta a personas mayores), la demencia vascular, etc.


¿Qué cuidados deben darse a una persona con esta dolencia?

En la actualidad, no existe una cura para la enfermedad de Alzheimer. No obstante, hay medicamentos que pueden ayudar a controlar sus síntomas y manejar la agitación, la depresión o los síntomas psicóticos (alucinaciones o delirios) que pueden ocurrir cuando la enfermedad progresa. Consulte a un médico antes de tomar cualquier medicamento.

Algunas demencias se pueden curar (ver tipos). En ese caso, el tratamiento irá enfocado a curar la enfermedad o eliminar el problema que ha causado la demencia, como ocurre con el abuso de alcohol, un tumor cerebral, un trastorno metabólico… Sin embargo, en aquellos casos en los que se trate de un proceso degenerativo e irreversible, el objetivo del tratamiento será aliviar los síntomas de la enfermedad, y debe ser personalizado dependiendo del tipo de demencia y de los síntomas que manifieste el paciente.


¿Como se debe actuar cuando el paciente presenta pérdidas de memoria?

Para estimular su memoria, se puede ayudar al enfermo haciéndole preguntas sucesivas. Es decir, en
preguntas cada vez más precisas. Por ejemplo, no hay que preguntarle «¿Quién ha llamado por teléfono?», sino «¿Has atendido una llamada? ¿Era un niño? ¿Un adulto? ¿Una voz de hombre o de mujer?», etc. De este modo, el enfermo, con pequeños avances, llegará hasta la respuesta adecuada. Habrá recorrido el camino despacio pero eficazmente y tendrá la sensación, justificada, de haber encontrado en su memoria la respuesta correcta. Si la pregunta se le hubiera planteado directamente, no habría podido llegar hasta el final del recorrido y experimentaría un sentimiento de fracaso. Por regla general, nunca se debe presionar al enfermo. Estimular su memoria no es, por tanto, pedirle que «busque en el vacío» un recuerdo, sino, al contrario, guiarle proporcionándole elementos de apoyo, como indicaciones, agenda, notas, etc.

¿Qué características debe tener una persona que se encargue del cuidado de un enfermo de alzheimer?


Para alcanzar un buen panorama emocional proponemos a continuación las siguientes recomendaciones:
Acceda a la información a través de profesionales y asociaciones de familiares, para ello en Alzheimer online
cuenta con direcciones de interés, foros, chats…utilícelos y no se quede con dudas que le puedan
inquietar.
Haga frente a los hechos. No se apegue a situaciones anteriores. Su vida será ahora diferente. Examine su
actual situación, defina sus emociones y necesidades, así como sus recursos y opciones.
Sea sincero consigo mismo y con los demás, especialmente con los otros miembros de su familia. Afronte
sus temores. Plantee reuniones familiares periódicas. Ponga a prueba las decisiones que en ellas se toman
y revíselas cuando las situaciones cambien. Reconozca sus límites y reparta las tareas.
Contacte con otras personas que hayan vivido un problema similar, son muchos los que han pasado o están
pasando por esto, hablar con ellos le ayudará y le permitirá aprender estrategias que otros han usado con éxito, así como combatir algunas de las emociones negativas que antes mencionamos, especialmente la

sensación de aislamiento, la culpabilidad o la vergüenza.

Utilice todo lo que favorezca su salud física y psíquica: Haga ejercicio, procure mantenerse en forma.

Aliméntese sanamente, procure no tener sobrepeso. Utilice técnicas de relajación y/o de control

emocional. Estimule su sentido del humor. Relaciónese y haga amigos.

Con respecto al enfermo, trate en todo momento de conservar la serenidad y aprenda a atribuir y

diferenciar lo que el enfermo era, de las manifestaciones de su enfermedad. Lo que ahora le resulta extraño

o desconocido en él, es debido a la enfermedad y no a su ser querido.

Sea un "buen actor" con el enfermo, favorezca la comunicación emocional positiva en cualquier fase de la

enfermedad creando un ambiente agradable y tranquilizador. Potencie la autoestima de su familiar creando

escenarios en los que se pueda sentir útil. No demuestre tener siempre la razón, la lógica de la demencia

no es la que tenemos cuando disfrutamos de la salud. A medida que la enfermedad avance, utilice más el

lenguaje corporal (no verbal) que las palabras. Permítale salidas airosas ante sus errores y no le evidencie

sus pérdidas de memoria o de cualquier otra capacidad si no es estrictamente necesario.

No se exija a sí mismo lo que otro no podría hacer. No existe el cuidador perfecto, admita sus emociones,

especialmente el cansancio y el mal humor como signos de alerta para modificar, en la manera de lo posible,

su programación de actividades. Concédase el derecho a cometer errores y a experimentar sentimientos

negativos.

No rechace la ayuda que le ofrezcan familiares, vecinos y/o amigos. Agradezca y valore las aportaciones por

pequeñas que sean, con eso cultivará y favorecerá que aumenten en el futuro, seguramente las irá

necesitando. Concrete al máximo sus peticiones de ayuda.

Planifique y programe sus actividades, tratando de mantener sus aficiones e intereses. Utilice su agenda

para hacer programaciones realistas que atiendan a sus prioridades, entendiendo como una de ellas su

bienestar. Anticípese en la medida de lo posible a problemas previsibles, especialmente en aspectos legales

o jurídicos. Mantenga una visión optimista del futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario